El Cibao dijo: ¡Adiós señor Presidente!

UNA REGIÓN CON DIGNIDAD Y CULTURA DE TRABAJO.

Luis Orlando Díaz Vólquez Guasábara.editor

El derrotero del descalabro de la candidatura de Leonel Fernández en el Cibao ha impregnado en el fallido presidente candidato un nerviosismo inusitado.Allí donde sus promesas incumplidas han llovido más que el flujo de fertilizantes sobre plantaciones que pretenden crecer orgánicas y sanas, el veneno y la simulación no son bien recibidos.

El Cibao ha dicho ¡Basta ya! a la política económica y social devastadora que ha destruido productores del agro, la pequeña y mediana empresa; a la zona franca y no se diga al empleo, que solo a esta industria ha obligado tirar a las calle 77,000 trabajadores directos.

Si hay una región que ha sentido y sufrido en sus entrañas las consecuencias de la voracidad fiscal, la insensibilidad y falta de atención de la actual administración de gobierno es la del Cibao.

Acudir allí, luego de tres años de abandono y promesas incumplidas de esta y su anterior administración de gobierno, no le garantiza al ejecutivo más que la repulsa de los ciudadanos. De nada vale que gire todas las visitas que quiera.

Esta es la tercera en los últimos 21 días, en la que el derroche de dinero público en prácticas clientelares son rechazadas por la gente de esta región, y la de todo el país.Somos un pueblo digno que demanda de un gobierno de Crecimiento con Calidad, que aplique para los productores una política integral de desarrollo que les permita competir y generar empleo, con el fin de ofrecer un nivel de decoro a las familias dominicanas.

Tiempo ya de dejar atrás las prácticas clientelares y paternalistas con las que se pretende violar la libertad de elección de los ciudadanos, manipulándolos para sacar provecho político.Es tiempo de respeto por la autonomía y libertad de la gente.

De que se le gobierne marchando hombro con hombro, con todos los ciudadanos del país, a la construcción de un destino mejor.Es el respeto, el diálogo y la corresponsabilidad lo que aquí debe primar, no la politiquería sonsacadora.

La demanda es, el despegue y el desarrollo de las industrias, las zonas francas y los productores del campo, enfocado en la naturaleza económica, productiva, social y de desarrollo humano, y no como un asunto político meramente electorero.