Otros 2 mil estudiantes se encuentran fuera de las aulas en Cancino Adentro debido a que la escuela básica no ha iniciado la docencia porque las autoridades no han resuelto problemas que existen en el plantel.
Si sumásemos la cantidad de dinero dilapidado por el gobierno en propaganda del ministerio de educación tratando de decir que todo está bien en ese sector, quizá esos mismos recursos hubiesen salvado ese plantel escolar.
Pero no ha sido así, el oficialismo prefiere hacerse de la vista gorda.Ayer mencionábamos el caso de la escuela La Milagrosa, del sector Cristo Rey, en el Distrito Nacional, quienes convirtieron dos (2) baños en improvisadas aulas para impartir docencia, por carecer de espacio físico para cubrir la demanda de alumnos, y hoy, la prensa publica, además, una procesión por calles de Santo Domingo compuesta por decenas padres y niños cargando hacia la escuela Básica Doce Juegos, en Villas Agrícolas, sillas plásticas a la cabeza y butacas compradas por los respectivos padres para evitar la pérdida de docencia.
Pero ya por fin, luego de tantas mentiras, el domingo pasado la secretaria de Educación, Alejandrina Germán, reconoció que más de la mitad de las plantas físicas de las escuelas del país están en malas condiciones, y lo hizo, no porque le remordiera la conciencia, sino porque la lluvia de imágenes y publicaciones de prensa denunciando las carencias de aulas y el mal estado en que se encuentran los planteles escolares, sin utilería y equipos suficientes, así como falta de profesores en número y calidad. Insumo perfecto para producir estadísticas que nos signan como uno de los países con más bajo nivel de calidad educativa del mundo.
Si la flamante ministro de educación reconoce que más de la mitad de los planteles están en mala condiciones, cómo es que acepta un presupuesto de menos de la mitad de lo que estipula la ley y más grave aún, del pírrico presupuesto para esa cartera, aceptó también que el ejecutivo le extrajera más de 800 millones para transferirlos al Metro de Santo Domingo y otro de los tantos gastos superfluos que se inventa con el dinero del contribuyente.El interés de cubrir con un manto la ineficiencia resulta impropio, ya que el monstruo del desorden y las carencias es tan amplio que no se tapa con pañitos.
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